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martes, 8 de mayo de 2007

Comprendamos Hellín

Un Hellinero que dice ser Manchego a más de un ignorante, un tio sin sensibilidad, un vendido, un lameculos, un garrulo y un traidor a la tierra que pisa y a la memoria de sus antepasados es un amnesico reciente. Refresquemos un poco la memoria:



No todos los municipios de Albacete estuvieron de acuerdo con su nueva adscripción regional. Rompiendo la disciplina de partido, varios municipios del sur de la provincia, algunos enclavados en la Cuenca del Segura, y próximos a Murcia (no sólo en cercanía, sino también en historia, cultura y sentimiento), se declararon abiertamente partidarios de permanecer en la región de la que habían formado parte desde hacía siglos.Destaca por su relevancia el caso de Hellín, segunda ciudad de la provincia, cuyo Ayuntamiento aprobó el 7 de diciembre de 1980 una moción desfavorable a la autonomía castellano-manchega y manifestando su preferencia por integrarse en Murcia. El concejal representante de UCD explicó que «Nuestra comarca natural ni es manchega ni es castellana y tiene muy claras sus peculiaridades socio-económicas y geográficas, por ser parte integrante de la cuenca del Segura».


También en diciembre de 1980, otros municipios como Villaverde de Guadalimar, Povedilla, Villapalacios o Socovos se mostraron partidarios de su integración en la autonomía murciana. El Ayuntamiento de este último aprobó otra moción el 5 de diciembre de 1980, según la cual «Esta villa, por sus costumbres, manera de hablar, situación geográfica, así como por la Historia, siempre ha permanecido más ligada a la Región de Murcia-Albacete que a la de la Mancha, y ya no digamos nada a la de Castilla, de la que la capital más cercana de este municipio dista por lo menos 250 km. Con nuestra histórica Región de Murcia, Socovos tendría más ventajas en el ámbito cultural, sanitario, comercial, etc.». Las actas de todos estos acuerdos se conservan todavía en el Archivo del Congreso de los Diputados.Como afirma Jacobo García Álvarez en su libro “Provincias, regiones y Comunidades Autónomas. La formación del mapa político de España”, «la postura adoptada entonces por los concejales de estos municipios puso de relieve claramente la dualidad fisiográfica, económica e identitaria de la provincia albacetense, así como las insuficiencias que producía, en este punto, el marco constitucional de 1978. Los municipios albaceteños de la cuenca del Segura se sentía mucho más vinculados funcional y sentimentalmente con la región murciana que con la manchega y en genera castellana […]. Pero los constituyentes habían optado, como vimos, por prohibir la alteración de los límites provinciales en el proceso de configuración de las autonomías, lo que dejaba sin resolver un viejo y conocido problema: el desajuste existente entre el mapa administrativo de 1833 y las orientaciones espaciales efectivas, desde el punto de vista funcional, de determinadas comarcas».

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